Inminente quiebra de Greensill Capital provocaría ola de impagos y destruiría hasta 50 mil empleos
La firma es un actor clave en el financiamiento de la cadena de suministro, que ayuda a las empresas a recaudar dinero de las facturas de sus clientes y proveedores. La reciente pérdida de un contrato de seguros los dejará ahora sin capital de trabajo.
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R. Smith y K. Wiggins en Londres
Greensill Capital se apronta a declararse en insolvencia en Reino Unido, culminando el espectacular derrumbe de la compañía financiera respaldada por SoftBank y asesorada por el exprimer ministro David Cameron.
La medida se espera mientras la firma estadounidense de capital privado Apollo Global Management se apresura a llegar a un acuerdo y comprar las partes más atractivas de Greensill, uno de los mayores proveedores mundiales de financiamiento para la cadena de suministro, según personas familiarizadas con el asunto.
Un acuerdo con Apollo probablemente dejaría en blanco a los accionistas de Greensill, como Vision Fund de SoftBank. El fondo de tecnología de US$ 100 mil millones del conglomerado japonés invirtió US$ 1.500 millones en el negocio en 2019, pero ya ha reducido sustancialmente el valor de su participación.
Ola de defaults
Los abogados de Greensill advirtieron esta semana que la reciente pérdida de un contrato de seguros de US$ 4.600 millones podría provocar una ola de incumplimientos entre sus clientes y la pérdida de 50 mil puestos de trabajo. Asimismo, señalaron que algunos de estos clientes "probablemente se volverán insolventes, incumpliendo con sus compromisos vigentes", ya que se perdió su financiamiento para capital de trabajo.
Fundada por el exbanquero Lex Greensill hace una década, la empresa se ha convertido en un actor importante en el financiamiento de la cadena de suministro, que ayuda a las empresas a recaudar dinero de las facturas de sus clientes y proveedores. Sin embargo, su principal producto financiero es controvertido, ya que los críticos han dicho que puede utilizarse para ocultar un aumento en los préstamos corporativos.
De concretarse el acuerdo con Apollo, en la práctica rescataría a estos clientes que de lo contrario quedarían varados por la desaparición de Greensill. Greensill y Apollo declinaron hacer comentarios.
El grupo de inversión de US$ 455 mil millones y sus afiliadas de seguros, que incluyen a Athene, podrían asumir muchos de estos contratos de financiamiento de la cadena de suministro con empresas de primera línea, por un valor potencial de miles de millones de dólares, según dos personas con conocimiento del tema.
Cuando los prestamistas nerviosos retiran estas líneas de crédito de empresas muy endeudadas, pueden crear un efecto similar al de una corrida bancaria en su posición de capital de trabajo. Este tipo de desintegración fue clave en el colapso de 2018 del contratista británico Carillion, que retiró grandes sumas desde un esquema de financiamiento de la cadena de suministro del gobierno.
Sin embargo, es probable que el acuerdo de rescate de Apollo excluya las líneas de financiamiento relacionadas con el magnate de los metales Sanjeev Gupta, el industrial de Reino Unido cuyas empresas se han endeudado mucho con Greensill en los últimos años.
Un vocero de GFG Alliance, de Gupta, dijo a FT el martes que el grupo "tiene el financiamiento adecuado para sus necesidades actuales y sus planes de refinanciamiento para ampliar su base de capital y obtener financiamiento a más largo plazo están progresando bien".
Apollo y sus grupos afiliados podrían rescatar el negocio operativo de Greensill y contratar a cientos de sus trabajadores, dijeron las fuentes. Sin embargo, advirtieron, no se está terminado y los detalles podrían cambiar.
Escándalo en Reino Unido
Si bien la mayor parte del negocio de la compañía tiene su sede en Londres, su empresa matriz está registrada en la ciudad australiana de Bundaberg, la ciudad natal de su fundador, donde la empresa busca alivio a través de las leyes de insolvencia.
De igual manera, la compañía tiene una filial bancaria en Alemania que, según reveló Financial Times el martes, ya fue intervenida por el regulador financiero BaFin.
Greensill, un exbanquero australiano de 44 años, consolidó su condición de multimillonario "en el papel" cuando Vision Fund de SoftBank invirtió en su empresa en 2019. Un año después de fundar su empresa homónima en 2011, actuó como asesor del entonces primer ministro británico David Cameron y ayudó a establecer el plan de financiamiento de la cadena de suministro del gobierno.
Los parlamentarios que investigan el colapso de Carillion dicen que este esquema le permitió "apuntalar su fallido modelo de negocio".